Nos levantamos como los últimos días a las 5:30 para salir con la primera luz del día, evitando el calor sofocante del mediodia, y aunque hoy parece que no hace frío toca abrigarse un poco.
Salimos sobre las 6:45 que ya se ve para pedalear aunque no haya salido el sol en el horizonte, saliendo por la carretera dirección Astorga, son varios los kilometros que.hacemos por el asfalto hasta llegar a varios caminos y senderos que van paralelamente a la nacional.
Son kilometros fáciles de afrontar hasta llegar a Hospital de Órbigo, un pequeño municipio con un puente romano perfectamente conservado y una pradera al lado del río donde en la época medieval se enfrentaban jinetes con sus caballos y lanzas, en combates frente a frente para hacer caer al oponente de su montura.
Después de algunos videos y fotos nos dirigimos a Astorga subiendo un par de repechos asfaltados y bajando por unos caminos de tierra con buen firme.
Nada más llegar a la localidad que tiene mucho pasado romano y variada gastronomía, nos aguarda una cuesta en la entrada para subir al casco histórico que está unos metros encima de una montaña llegando a una estatua con un peregrino y unas ruinas romanas.
Nos dirigimos hacia la oficina de turismo pasando por el ayuntamiento y llegando a la bonita plaza de la catedral que además a su lado se contruyó un palacio diseñado por Gaudí que lleva su nombre, dos edificios con una arquitectura hermosa.
Sellamos la credencial en la iglesia y pasamos por una especie de almacén de comida típica que ofrecen gratuitamente degustación, y nos da la bienvenida un curioso lugareño diciendo que nos va a dar la gasolina que necesitamos, dándonos chocolate con almendras, queso, vino con quina y mantecadas. Compramos una caja de éstas últimas por 3€ que contienen doce unidades y son como madalenas pero hechas con mantequilla en vez de aceite y manteca, todo muy bueno y que sacia nueatro apetito.
Tras dar una vuelta por la muralla romana salimos hacia nuestro destino sellando también la credencial en una pequeña ermita a las afueras y empezando a subir poco a poco el desnivel que tiene esta etapa, subiendo cómodamente pudiendo elegir entre la carretera comarcal o un camino de tierra.
Pasamos algunos pueblos pequeños y atravesamos un sendero de unos 500 metros que nos tapa el aire que se empieza a levantar, llegando un kilometro después a Rabanal del Camino que es nuestra meta del día, un pueblo en las faldas de la Cruz del Ferro que dispone de muchos albergues, varios restaurantes y un pequeño supermercado.
Nosotros nos quedamos en uno de los primeros albergues que nos ofrece su dueña mostrárnoslo, pudiendo elegir cama ya que todavía hay muchos sitios libres en la habitación de 6 literas y la mujer parece muy hospitalaria, costando la estancia 5€ como en casi todos.
Después de ducharnos la señora nos recomienda una posada donde poder comer el famoso cocido maragato, tres platos para dos personas que nos dejan más que saciados conteniendo chorizo, jamón, pechuga y gallina todo ello cocido. De segundo unos garbanzos con repollo y de tercero la sopa con fideos, con unas natillas caseras y agua y vino de la casa. Un homenaje para nuestros paladares que hacen que nos durmamos una pequeña siesta de empacho sufrido con gusto, en una pradera sobre unas hamacas que tiene el albergue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario